Cada ser florece a su manera y es valioso tal como es, sin necesidad de parecerse a ningún otro: este mensaje, que transmite el principio budista de la floración de los árboles frutales (véase tb. la sección «Este mes»), impregnó la ponencia con la que Maria Gassiot, vicerresponsable del Departamento de Mujeres de la SGEs, contribuyó el 5 de junio al II Congreso Internacional sobre Libertad Religiosa y de Conciencia, celebrado en Barcelona.
Con el título «Encuentros para una revolución humana», Gassiot presentó a los asistentes la tradición de las reuniones de diálogo de la Soka Gakkai, como espacios que contribuyen al empoderamiento y la resiliencia, así como a la lucha contra el aislamiento y los prejuicios.
El congreso, cuya programación abarcó también el día siguiente, fue organizado por la Cátedra de Libertad Religiosa y de Conciencia de Catalunya y el Observatorio Blanquerna de Comunicación, Religión y Cultura, de la Universitat Ramon Llull. El objetivo fue crear un espacio para exponer buenas prácticas de gestión de la diversidad religiosa y para debatir sobre la situación internacional y las tendencias de la libertad religiosa y de conciencia.